Synopses & Reviews
Synopsis
Cuando el rbitro japon s dio el ltimo silbatazo del XX campeonato mundial de futbol en Brasil, los mexicanos de todo el mundo enloquecieron. Pasaron las horas, los d as, luego los meses, y poco a poco, se fue dando el cambio, porque desde entonces, fueron miles los que dieron, por fin: vuelta a la tuerca. La manera de pensar ya no fue la misma, se hab a alejado el conformismo. M xico campe n mundial; hab a impuesto su f tbol. Y el f tbol fue reconocido por los mexicanos como el deporte que es, el juego que un simple bal n domina, porque hace con-jugar, reunir, con-vivir; tambi n so ar, pero con los ojos abiertos y los pies bien puestos en la tierra, donde los proyectos se fincan en base a realidades. Santiago Macarena, (free lance), se las ingeni para vender lo que guardaba en sus alforjas, y fue en ESPM, donde fue aceptada su oferta. Se explay aportando, eso s , con estilo de grande, para informar: -"La Selecci n de Futbol que ahora representa a M xico, nace de un proyecto ciudadano, una decisi n que brot del hartazgo de un pa s en crisis con la moral devastada. Una perversa oligarqu a aprision a la naci n, convirti ndola en un bot n que se hab an repartido en medio de un hurac n de vientos envenenados, donde la droga y todo tipo de prostituci n era la fuerza de ese imperio. Si me preguntan por los h roes de este triunfo, no los mencionar , y no es que tema por ellos, y mucho menos que no merezcan el homenaje. Lo que sucede, es que detr s de ellos hay millones de h roes; son el pueblo de M xico, ese pueblo valiente que no permiti que su patria se hundiera en el estercolero de la mediocridad, la impunidad y la injusticia. Sin embargo, alguien dir todo esto no tiene sentido, es s lo un juego de ret rica". Al salir del programa, el periodista abandon el edificio, tom un taxi y se fue a un bar de la playa de Ipanema. La zamba, la alegr a de los parroquianos, de esos otros que no les importa el f tbol sino el baile, el canto y la poes a; se enred con ellos, y se dej llevar hasta olvidarse de ese dios redondo que es el bal n de f tbol.