Synopses & Reviews
Synopsis
En la noche del 20 de agosto de 1968 y hacia la madrugada del 21, medio mill n de soldados y cerca de tres mil tanques de cinco pa ses del Pacto de Varsovia, la Uni n Sovi tica, Bulgaria, Polonia, Alemania Democr tica y Hungr a, atravesaron las fronteras de un peque o e indefenso pa s, llamado Checoslovaquia. El objetivo de la invasi n era concluir con la serie de reformas iniciadas en ese pa s, conocidas como la "Primavera de Praga," En 1968, en Argentina, reg a los destinos del pa s, un general con claras tendencias fascistas, Juan Carlos Ongan a. Ejerc a la presidencia desde 1966, cuando se levant contra el endeble gobierno constitucional de Arturo Umberto Illia. Era apodado, "La Morsa," por sus prominentes bigotes. Fue en este escenario nacional e internacional, que vivi sus j venes a os, la protagonista de esta historia, Alejandra Marianela Garc a, quien si bien, no ten a un decisivo partidismo hacia la izquierda o hacia la derecha, se vio envuelta en una mara a de sucesos que hicieron que su destino diera un vuelco definitivo e irreversible en ese a o conflictivo de 1968. Alejandra es el personaje principal de este relato. Al menos, "en apariencia." Porque Alejandra de pronto "desaparecer " y no dejar rastros visibles. Ser quiz s en ese momento, en que Alejandra ya no ser m s Alejandra, una ficci n literaria, sino, el s mbolo de aquello que es en s , un crimen de lesa humanidad. Alejandra es esa met fora que la supera a ella misma. Es un canto a la esperanza de encontrar y ser encontrado. De buscar y ser hallado. Es esa met fora de identidades perdidas o arrebatadas, que pugnan por ser restituidas. Pero en definitiva, qu es una identidad? Prima facie, puede ser un nombre y apellido. Y un nombre y apellido qu puntualizan? A una persona. Lo que hace que esa persona sea esa persona y no otra. Las dictaduras y sistemas autoritarios y brutales, siempre han empleado la agresi n directa a los cuerpos y la conversi n de nombres a n meros asentados en libros y estad sticas burocr ticas. Pero esas dictaduras, no siempre han llegado a cumplir su cometido. Han doblegado cuerpos, es verdad, pues el cuerpo humano es fr gil, pero no siempre han doblegado almas. Es aqu en donde Alejandra es m s que Alejandra. Ir m s all de su cuerpo, para recuperar su alma. Alejandra Marianela Garc a... sta es su historia.